Simone Manuel ha llegado a lo más alto de la natación, derribado barreras y batido récords, pero ahora su mayor ambición consiste en redescubrir su amor por el deporte.
Simone fue, en Río 2016, la primera deportista negra en ganar el oro olímpico de los 100 m libres. Después, a pesar de su condición de campeona olímpica encaró el Campeonato del mundo de 2017 sin sentirse favorita. Además, compitió con la presión añadida de intentar servir de ejemplo a otros nadadores.
En el documental Head Above Water, Simone dice que «en este deporte no hay demasiados afroamericanos y yo pensaba que si me respetaban las lesiones y podía seguir, mi objetivo era la victoria. Por mí, pero sobre todo por los jóvenes que también quieren verse un día en el podio».
El resultado del esfuerzo fueron seis medallas en Budapest, cinco de ellas de oro. Dos años después siguió haciendo historia al convertirse en la mujer con más victorias en el mismo Campeonato del Mundo, con cuatro oros y tres platas. También fue la primera estadounidense en ganar el doblete de los 100 y 200 m libres.
Sin embargo, la incertidumbre que trajo la pandemia, sumada a la presión de encontrarse siempre bajo los focos y forzarse a servir de modelo, terminaron pasando factura. Le diagnosticaron sobrentrenamiento y los Juegos de Tokio fueron para ella «cualquier cosa menos divertidos».
En 2022 anunció que fichaba por un equipo plagado de estrellas, el de la Universidad Estatal de Arizona.
Ahora su objetivo es sentir de nuevo el amor por la natación, libre de otras presiones. «Lo único que quiero es nadar sin presión ni expectaciones por parte de nadie, empezando por mí misma, lo cual para mí es desde luego un sentimiento nuevo», ha declarado. «Mi objetivo es volver a enamorarme del deporte, ser feliz practicando la natación, competir otra vez al máximo nivel y, espero, sumar unas cuantas medallas más».