Florent Manaudou se envolvió en la tricolor e iluminó el Centro Acuático de Tokio con una sonrisa radiante el día que ganó su segunda plata olímpica seguida en los 50 m libres.
En Río 2016 se quedó a una centésima del oro, cuatro años después de conquistarlo en Londres, donde su victoria les había convertido a él y a Laure Manaudou en los primeros hermanos en coronarse campeones olímpicos de natación.
Antes de los Juegos de Tokio, Florent dejó las piscinas por el balonmano, pero volvió justo a tiempo para hacerse con ese segundo puesto en el podio.
«Una plata todavía más dulce que la primera», confesó, «porque llevaba dos años y medio alejado de la natación. Lo dejé para disfrutar de la vida y me di cuenta de que el deporte vale la pena por momentos locos como este».
No es el único momento en que mostró su carácter impulsivo. En Río, cuando su novia Pernille Blume coronó su carrera con un bronce a sumar al oro de Río, Florent Manaudou saltó a la piscina a celebrarlo, igual que había hecho su hermana Laure por su triunfo londinense.
Pernille y Florent anunciaron en septiembre su compromiso y la intención de trasladar su base de entrenamiento de Marsella a Antibes.
¿Tiene planes para París 2014, cuando la Olimpiada se celebra en casa? ¿Piensa participar?
«Eso espero. Me encantaría competir, tener mis buenos momentos y también disfrutar de los Juegos, por supuesto.»