A Noè Ponti le pasó, al ganar el bronce en los 100 m mariposa de Tokio, lo que nunca le había pasado antes, que casi se queda sin palabras. Con veinte años, era el tercer suizo en subir al podio olímpico.
«Es un sueño hecho realidad», dijo, «Nunca me había sentido así. Me parece que estoy soñando. Antes de empezar mi objetivo eran las semifinales. ¿Qué puedo decir? No me salen las palabras, es increíble».
Sin embargo, Noè siempre ha sido un tipo elocuente. A los tres años ya nadaba en un estilo que él mismo definía como propio de un delfín.
Su lengua materna es el italiano, pero también habla fluidamente el francés, el alemán y el inglés.
El Liceo de Locarno, donde estudiaba, le permitió ampliar los cursos de secundaria un año para acomodar el exigente calendario de entrenamientos y muy pronto llegaron los triunfos deportivos.
Después de entrar en el equipo suizo en 2015 Noè se llevó dos platas y un bronce en su primera gran competición, el Festival Olímpico de la Juventud Europea.
En los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires y el europeo junior mostró sus credenciales para la olimpiada con dos finales y el oro de los 50 mariposa, respectivamente.
Tras su hazaña en Tokio, Noè volvió a su feudo de Ticino para preparar la victoria más reciente, la plata en los 200 m mariposa del Campeonato Mundial en Piscina Corta.
Al final de la competición, esta vez con su facilidad de palabra habitual, agradeció el apoyo a su familia, amigos y seguidores: «Gracias a vosotros todas las carreras son divertidas y me dais los ánimos que necesito para ser cada día mejor deportista».