Los talentos de Natalie Hinds son muchos y variados. Sus logros deportivos incluyen el título mundial de relevos y el bronce olímpico, a pesar de haber pasado dos años en el dique seco después de las pruebas clasificatorias para los Juegos de 2016.
Fuera de la piscina, Natalie ha lanzado su propia empresa, Loominary Design, dedicada a vender tapices decorativos que ella misma diseña.
La nadadora usa la tribuna que le proporcionan sus éxitos en el deporte para romper estereotipos animando a la población negra a abandonar sus reticencias frente a la natación.
«Se trata de terminar con el cliché», explicó a la bimedallista olímpica Elizabeth Beisel, consultora de la agencia de deportistas CG Sports Management. «Enseñar a los niños es mi forma de eliminar la barrera impuesta por los miembros de generaciones anteriores, que no saben nadar y además piensan que no se les ha perdido nada en la piscina».
Natalie es una activista comprometida que ha sabido aportar su experiencia personal y su perspectiva única al mundo de la natación.
Ella misma, con Simone Manuel y Lia Neal se convirtió en la prueba del interés creciente por el deporte entre los afroamericanos al copar los tres primeros puestos del campeonato universitario de la NCAA en 2015. Fue un momento revelador, pero le llevó tiempo ponerlo en perspectiva.
«Todavía estaba en modo competición», declaró después. «Me hubiera gustado pararme a disfrutar de la evolución a la que estaba contribuyendo. Hasta que no terminé la universidad no me di cuenta de la oportunidad que me brindaba el éxito deportivo. Podía servir de ejemplo a otros para practicar este deporte y el descubrimiento me abrió los ojos».